Hoy 8 de marzo, como cada año desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1975 así lo promulgara, se celebra el Día Internacional de la Mujer. Para conmemorar este día, se celebran manifestaciones en todo el mundo reivindicando la igualdad de derechos entre sexos.
Origen de este día y primeras manifestaciones
El Día Internacional de la Mujer se podría decir que se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX en donde se empezó a reclamar una igualdad económica, laboral y social entre hombres y mujeres mediante manifestaciones. No existían leyes que amparan el trabajo de las mujeres. Tampoco tenían derecho a voto ni a poder controlar sus propias cuentas bancarias, ni contaban con la misma formación que los hombres.
Durante años, las mujeres se manifestaron para tener los mismos derechos que los hombres: salarios justos y condiciones laborales más humanas, así como la abolición del trabajo infantil pero no tuvieron ningún éxito.
No fue hasta que ocurrió un trágico accidente en una empresa textil de Nueva York que se intensificó la lucha por los derechos de la mujer. El 25 de marzo de 1911 hubo un incendio en la fábrica de camisetas Triangle Shirtwaist, que provocó la muerte de 123 mujeres y 23 hombres. Las víctimas no pudieron escapar de las llamas porque los responsables de la fábrica habían cerrado las puertas de las escaleras y todas las salidas para evitar robos.
Día Internacional de la Mujer en 2022
Desde Naciones Unidas hacen especial hincapié en el vínculo fundamental entre género, equidad social y cambio climático y reconocen que, sin igualdad de género hoy, el futuro sostenible y equitativo seguirá estando fuera de nuestro alcance.
En Coarval destacamos el trabajo de todas las mujeres que forman parte de la empresa y hacen que todo funcione a la perfección día a día. Además, queremos poner en valor el trabajo de las mujeres rurales. Son agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible pero debido al despoblamiento de las zonas donde residen, hay una gran desigualdad de recursos.
Empoderar a este colectivo no solo es fundamental para el bienestar de las personas, familias y comunidades rurales, sino también para la productividad económica general, dada la amplia presencia de mujeres en la mano de obra agrícola mundial.
