La organización de agricultores AVA-ASAJA ha realizado un balance del pasado ejercicio agrario calificándolo como “año negro” para la agricultura y la ganadería valenciana. Se estiman que las pérdidas del sector llegan a los 800 millones de euros, siendo un 25% superiores a 2021. De esta cifra global de pérdidas en la Comunitat Valenciana, 330 millones corresponden a Valencia, 240 a Castellón y 230 a la provincia de Alicante.
Es necesario un mapa de actuación que garantice la sostenibilidad económica de la agricultura valenciana
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, califica la situación de preocupante y solicita dialogo entre los partidos políticos y las organizaciones para afrontar 2023. Además, reitera la necesidad de diseñar un mapa de actuación que garantice tanto la sostenibilidad medioambiental como la económica.
Las principales causas son las subidas sin precedentes de los costes de producción, las graves mermas de cosechas por las anomalías meteorológicas, la entrada masiva y sin reciprocidad de importaciones de terceros países, los daños récord de la fauna salvaje y los robos en el medio rural.
El balance agrario realizado por la organización manifiesta que, la inflación de los alimentos no se ha repercutido en los precios a pie de campo, por lo que no se han cubierto los costes de producción en muchos de los casos.
Las adversidades meteorológicas provocan un desplome en los principales cultivos
Según datos oficiales, los insumos que más se encarecieron fueron los fertilizantes en más del 62%, la energía con más del 49% (comunidades de riego han llegado a pagar facturas cuatro o cinco veces superiores en parte también por el tope al gas), los piensos (+34%) y el gasóleo agrícola más caro en un 70%.
Por otra parte, las sucesivas adversidades meteorológicas en primavera provocaron desplomes en los principales cultivos como los cítricos (–20%), la uva (–25%), el olivar (–85%), la almendra (–55%), el arroz (–10%), los cereales (–25%) o el kaki (–70%).
A todo lo mencionado, se suman las pérdidas por la importación masiva de terceros países con la introducción y propagación de plagas. La organización agraria destaca la oposición de las instituciones comunitarias a establecer ‘cláusulas espejo’ o reciprocidad a las importaciones. La nota positiva la pone en el establecimiento del tratamiento en frío a los cargamentos de naranjas sudafricanas evitando la propagación de la falsa polilla.
Por último, AVA-ASAJA indica en su informe que la excesiva e incontrolada fauna salvaje, ha incrementado sus perjuicios un 15% y ya causa 40 millones de daños anuales. Los robos de cosechas de alto valor, instalaciones de riego y materiales metálicos siguieron siendo una lacra generando 25 millones de pérdidas en el sector agrario valenciano.