Se ha producido un cambio de tendencia en el precio de los combustibles, pese al veto de la UE a las importaciones de diésel provenientes de Rusia -en vigor desde el 5 de febrero-, por el cual algunos expertos habían vaticinado su encarecimiento.
De acuerdo con los datos publicados por el Boletín Petrolero, en el que se recoge el precio medio registrado en más de 11.400 estaciones de servicio españolas entre el 7 y el 13 de febrero de 2023, la gasolina ha bajado en la última semana hasta 1,633 euros por litro. Por su parte, el gasóleo se ha situado en 1,628 euros. Estas cifras suponen una caída de precios del 1,3% de la gasolina y de casi el 3% en el caso del gasóleo.
El precio de los combustibles da un ligero respiro, pero sigue lejos de las cifras previas a la guerra
De esta forma, el precio de los combustibles se mantiene lejos de los máximos del pasado verano, cuando en julio la gasolina alcanzó los 2,141 euros por litro y el gasóleo los 2,1 euros. No obstante, siguen estando lejos de las cifras previas a la guerra.
Recordemos que, antes de la entrada en vigor de la ayuda de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno a finales de marzo de 2022, la gasolina se situaba en 1,818 euros por litro y 1,837 euros en el caso del gasóleo. La ayuda de los 20 céntimos, desde comienzos de 2023, solo se mantiene para el colectivo de profesionales, que incluye a transportistas, agricultores, navieras y pescadores.
Principales motivos de este vuelco de precios de los combustibles
Los países estaban preparados
Como hemos dicho, el pasado 5 de febrero entraban en vigor las nuevas sanciones a Rusia que, entre otras cosas, implicaban que la UE dejaba de comprar productos petroleros refinados. Pues, a diferencia de lo que pasó al principio de la guerra, al ser un hecho conocido desde el verano, los países han podido tener sus reservas cubiertas.
Una ventaja del invierno excepcionalmente cálido
Es bien sabido que este invierno está siendo excepcionalmente cálido, tras un 2022 récord en cuanto a temperaturas se refiere. Con unas reservas repletas y sin la necesidad de poner las calefacciones al máximo por este ascenso de las temperaturas, la demanda de diésel ha sido mucho menor de lo esperado.
La entrada de China e India como suministradores de petróleo
Aunque el petróleo ruso se ha convertido en un producto no deseado en Europa, eso no significa que Putin no lo esté colocando en otros mercados. Es el caso de China y, sobre todo, India. Con el veto de Europa al petróleo ruso, China e India se han convertido en los principales compradores, que usan sus refinerías no solo para quedarse con lo que necesitan, sino también para negociar. Por tanto, en Europa seguimos disponiendo de cierto suministro ruso, que nos está llegando desde estos países.
Además, Estados Unidos no ha bajado su producción, sino que la ha aumentado en la medida de lo posible desde marzo de 2022.
Todo ello, está causando que los productores de petróleo se encuentren obligados a bajar el precio del diésel (aunque no tanto como en fechas previas a la guerra) hasta dejarlo igual o ligeramente por debajo de la gasolina.