LA UNIÓ Llauradora ha alertado de que, como consecuencia de las plagas importadas y la ausencia de materias activas y herramientas de control biológico para combatirlas, se estima que el destrío de caqui en esta campaña será superior al 30% de la cosecha. Estas cifras supondrán que los productores de caqui de la Comunitat Valenciana dejen de ingresar esta campaña alrededor de 47 millones de euros.
El destrío producido por las plagas y enfermedades se situará cerca del 31%
El porcentaje de piezas de deshecho, producido por plagas y enfermedades, se va a ver incrementado más del 247 %respecto a la campaña anterior, situándose en cerca del 31 %. A la incidencia de playas y enfermedades ya existentes, se le suma la aparición del nuevo trips sudafricano, el Scirtothrips aurantii. Por ello, las pérdidas económicas pasarán de 13 millones de euros de la campaña 2023-2024, a los casi 47 millones previstos para esta campaña 2024-2025, según la estimación realizada por el sindicato agrario.
La ausencia de materias activas eficaces y también la falta de métodos de lucha biológica como depredadores, parasitoides o feromonas para el control sostenible e integrado, está dificultando la posibilidad de llevar un control agronómico de la plaga.
Además, se prevé que el destrío aumente a lo largo de la campaña mucho más en campo que en almacén debido a la mayor selección de la fruta comercial durante la recolección.
LA UNIÓ indica que los productores valencianos de caqui no tienen absolutamente ninguna responsabilidad ante esta situación, pero sí son los que sufren los perjuicios económicos del sobrecoste tan elevado que tienen en sus explotaciones. Además, el cultivo del caqui se enfrenta a desafíos cada vez mayores al ser un cultivo minoritario que provoca que la reglamentación fitosanitaria y de autorizaciones excepcionales sean más difíciles de conseguir.
LA UNIÓ solicita la autorización excepcional de materias activas eficaces para el control de las plagas que afectan al caqui
La organización agraria ve necesaria la autorización excepcional de materias activas eficaces para el control de las plagas que afectan al caqui. De la misma manera, también solicita la suelta pública de parasitoides como es el caso del Anagyrus fusciventris para el control biológico del cotonet Pseudococcus longispinus.
En este sentido, en marzo remitió un escrito a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para que autorizara la cría y liberación de este parasitoide. Sin embargo, la respuesta no es positiva ya que el ministerio lo considera ‘exótico’ y “no existe ni la suficiente información para promover el cambio de estatus ni los estudios necesarios para demostrar la plena ausencia de riesgos a la biodiversidad”.
También propone una reglamentación, de obligado cumplimiento, que defina los parámetros comerciales y establezca legalmente una normativa comercial que fije cuando un caqui es apto para comercializar y cuando no lo es.