Durante 2024 y pese a todas las adversidades que ha tenido que enfrentar, el sector agrario ha crecido por encima de la media en nuestro país con un 8,3%.
El sector agrario lidera el crecimiento frente a otros grandes sectores como la industria, la construcción o los servicios
El campo español firmó en 2024 su mejor registro económico en años. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía agraria se disparó un 8,3 % durante el pasado ejercicio, liderando con contundencia el crecimiento frente a otros grandes sectores como la industria, la construcción o los servicios. Este impulso coloca al sector primario cinco puntos por encima del crecimiento medio de la economía nacional, que fue del 3,2 %.
Estos datos confirman la fortaleza del sector agroalimentario incluso en un contexto de incertidumbre global y teniendo que hacer frente a adversidades climatológicas extremas. También, resalta el papel estratégico de la agricultura, la ganadería, la pesca y la silvicultura en el tejido económico del país.
Los datos de empleo no son tan alentadores. El año cerró con una media de 680.200 personas ocupadas a tiempo completo en la rama agraria, lo que supone un ligero descenso del 1,76 % respecto a 2023. Puede deberse al envejecimiento de la población.
Por el contrario, el número de asalariados aumentó un 0,69 %, alcanzando los 437.100 trabajadores. Una señal de estabilidad en la contratación, aunque con un ligero ajuste en la ocupación global.
Pese a liderar el crecimiento en nuestro país, ha sufrido una ligera desaceleración en el cierre del año
A pesar del balance positivo anual, el cuarto trimestre de 2024 registró un ligero enfriamiento. El Producto Interior Bruto (PIB) agrario disminuyó un 0,7 % respecto al trimestre anterior, medido a precios corrientes y en términos de volumen. Sin embargo, en comparación con el mismo periodo del año anterior, el PIB del sector primario creció un 4,2 %, confirmando la buena tendencia en términos interanuales.
El informe advierte el profundo impacto de la continua sequía, que aún afecta a ciertos cultivos, y que los costes de producción siguen siendo un 30% más altos que antes de la pandemia. Además, el sector sigue enfrentando importantes desafíos, como la escasez de mano de obra, la necesidad de adaptarse al cambio climático y las nuevas normativas, tanto europeas como las impulsadas por las demandas de los consumidores.
En conjunto, los datos confirman que el sector agrario es un motor fundamental del crecimiento económico en España. Gracias a la resiliencia de las exportaciones y al esfuerzo por modernizarse e incorporar nuevas tecnologías que optimizan los procesos y mejoran la competitividad, se mantiene a la cabeza.
