Analizando la situación del sector y del mercado se estima que la producción española de vino sufrirá una reducción del 15% respecto al año pasado.
Sólo las variedades blancas se aproximan a la fecha estimada, el resto van con retraso respecto al 2020.
La bajada de producción se registra sobre todo en las zonas de Castilla-La Mancha y Extremadura y se veía venir debido a los efectos causados por la borrasca Filomena y por las heladas tardías y pedradas.
Aunque se reduce la producción, esto es algo positivo, pues se traduce en una mejor cotización y una mayor exportación.
Respecto a la Comunidad Valenciana, la Denominación de Origen Valencia estima que también disminuirá la producción, pero aumentará bastante la calidad.