El sector del aceite de oliva en nuestro país está atravesando una situación difícil y la próxima campaña prevé ser peor. Desde el inicio de la guerra de Ucrania se viene acusando las subidas de precios, cosa que sigue haciendo hoy en día.
Se estima que en la próxima campaña solo se alcancen las 737.000 toneladas de aceitunas
El incremento del precio del aceite se está notando más aún en el campo que en las propias tiendas de distribución. Según los datos oficiales, en 2022, el precio del aceite en origen subió un 60%, mientras que al consumidor final esa subida se incrementó un 35%.
En las últimas dos campañas, la producción bajó prácticamente un 50%. No obstante, se espera que esta campaña sea peor y que solo se alcancen las 737.000 toneladas de aceitunas. Sería así la segunda más ‘pobre’ del siglo XXI y dejaría un agujero de 3.200 millones de euros en el sector.
Por ello, muchos productores reclaman ayudas urgentes suficientes y rápidas, ya que, de no tomar medidas la administración, el sector primario de España se verá muy afectado.
En enero de 2023, el precio en origen del aceite de oliva subió 1,97 euros por kilo
La subida de precio de los insumos y la bajada de producción debido principalmente a la sequía que lleva padeciendo el sector durante varios años ya seguidos, está dejando a los productores en una situación muy difícil. Encima, los dos años últimos esta sequía ha sido absolutamente extrema.
Todo esto ha hecho que el precio en origen, en la primera semana de enero de 2023 subiera 1,97 euros por kilo con respecto al año anterior. De hecho, según el último informe sobre perspectivas agrícolas de la Comisión Europea, España ha registrado el mayor incremento del precio del aceite de oliva extra: un 133%.
Los datos del Ministerio de Agricultura muestran que, en los 3 primeros meses de 2023, la producción ha disminuido un 30% y las expectativas para la temporada que viene son malas. Tanto es así que, se espera que los precios no paren de subir hasta la primavera del año 2024, lo cual repercutirá de forma negativa en la próxima campaña en el campo, ya que el dinero que llegará a los agricultores será menor que con cosechas normales.