Parámetros de análisis de agua para riego

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El análisis de agua para riego es súper importante para determinar la calidad y la composición de esta agua regante. De ello, dependerá el sabor, el crecimiento o la riqueza de los productos cosechados.

Normalmente, para llevar a cabo el análisis, se coge una muestra y se observan una serie de parámetros que nos permiten conocer la calidad del agua de riego agrícola.

A continuación, te explicamos los parámetros más determinantes en el análisis de agua para riego.

Parámetros que se miden en un análisis de agua para riego

El pH y la alcalinidad: a través del pH del agua se pueden conocer otros parámetros como la acidez o la alcalinidad y su aportación de nutrientes mejorará con el riego. Una alcalinidad alta impide la absorción de los nutrientes, especialmente el hierro, tan necesarios en las buenas cosechas.

La salinidad: se comprueba midiendo la conductividad del agua o los gramos de sales por litro. Con los resultados, se puede saber la cantidad y los tipos de sales del agua: cloruros, carbonatos, biocarbonatos, etc. Conociendo estos datos también se pueden adaptar los productos añadidos al agua.

La sodicidad: estrechamente relacionada con la salinidad, la sodicidad es la acumulación de sales que se produciría en el suelo. Su consecuencia más directa es la impermeabilización de la tierra, causando graves problemas de encharcamiento y falta de aireación.

Los nutrientes: conocer los nutrientes que va a aportar en agua de riego a la cosecha ayuda a regular el abonado y ahorrar en fertilizantes. Además, un exceso de nutrientes es igual de contraproducente que la falta de ellos. Los nutrientes más habituales para riego son el amonio, los nitratos, el potasio y los fosfatos.

La dureza: la dureza viene determinada por su contenido en calcio y magnesio. El agua de riego dura es recomendable en suelos con alta sodicidad para evitar impermeabilización y los problemas derivados. Por el contrario, con el exceso de dureza habrá que tener cuidado con las tuberías, ya que la acumulación de calcio y magnesio podría atascar los sistemas de riego.

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