Si existe una representación de la tradición española acerca del día de Reyes, es sin duda el famoso Roscón de Reyes. Sin embargo, son muy pocos los que conocen el origen de esta celebración que une a familiares y amigos cada 6 de enero.
Orígenes del Roscón de Reyes
Hoy en día el Roscón de Reyes sirve para celebrar la Epifanía del Señor, que etimológica y religiosamente alude a la manifestación de Jesucristo en el mundo y, en este caso, su revelación a los Reyes de Oriente según narra San Mateo en el Nuevo Testamento.
Sin embargo, la costumbre de comer el roscón no tiene sus orígenes en las festividades cristianas, sino en las paganas. Sus orígenes se remontan a las saturnales romanas entre amos y esclavos en las que compartían pan con miel y frutos secos para celebrar la llegada de los días de sol tras el solsticio de invierno. El haba, que ahora tiene una connotación negativa, era un motivo de celebración, pues al esclavo al que le tocaba era condecorado con el título de ‘Rey de reyes’ y tenía derecho a un día libre.
Siglos más tarde, está tradición pagana desapareció con la llegada del cristianismo, pero Felipe V de España la rescató y decidió introducir monedas de oro dentro y el haba se convirtió en un símbolo de mal augurio. Ahora, lo tradicional es encontrar figuritas de cerámica o plástico y quién lo encuentra es coronado rey de reyes y se le augura buena suerte para ese año venidero.
Receta del Roscón de hojaldre, trufa y naranja confitada
Hacer el tradicional Roscón de Reyes conlleva mucho trabajo y requiere un tiempo del que no siempre disponemos. Por ello, te proponemos una receta alternativa y sencilla que no te llevará tanto tiempo: el Roscón de Reyes de hojaldre, trufa y naranja confitada.
El relleno se puede adaptar al gusto, pero la combinación de la trufa con la naranja confitada está riquísima por lo que te la recomendamos.
Ingredientes
- 2 láminas redondas de hojaldre
- 1 huevo
- 10 ml. de leche
- 150 gr. almendras
- 500 ml. nata líquida
- 50 gr. queso crema
- 50 gr. azúcar glas
- 10 gr. cacao en polvo
- 2 naranjas
- 290 gr. azúcar blanca
- 1 cucharada de bicarbonato
Elaboración
1. Cortamos un círculo en el interior de cada una de las láminas de hojaldre y las colocamos en dos bandejas de horno forradas con papel vegetal. Pincelamos una de ellas con una mezcla de huevo batido y leche y espolvoreamos una mezcla de almendra previamente machacada y 10 gr. azúcar blanca.
2. Cocemos ambos anillos por separado en el horno precalentado a 190 ºC y con calor arriba y abajo durante 10-12 minutos o hasta que estén dorados. Retiramos del horno y dejamos enfriar completamente antes de montar el roscón.
3. Mientras se enfría el hojaldre, confitaremos las naranjas y haremos el relleno. Para ello, lavaremos bien las naranjas y las secamos con un paño. Las cortamos en rodajas finas, las colocamos en un cazo y las cubrimos de agua. Añadimos el bicarbonato y llevamos al fuego hasta empiece a hervir. Entonces introducimos 280 gr. de azúcar blanca a fuego lento durante cuarenta minutos, más o menos, con la cazuela tapada. Después dejaremos enfriar y secar en papel vegetal. También, puedes comprar las naranjas confitadas ya si lo prefieres.
4. Para el preparado del relleno de trufa, montamos la nata con unas varillas eléctricas. Cuando empiece a tomar cuerpo añadimos el queso crema, el azúcar glas junto con el cacao y seguimos batiendo hasta que esté firme y haga picos. Introducimos en una manga pastelera con boquilla de estrella.
5. Para montar el roscón cubrimos el anillo de hojaldre base (el que no tiene la almendra) con una capa generosa de trufa. Cortamos las naranjas confitadas por la mitad y las colocamos encima. Tapamos con el anillo superior, espolvoreamos con un poco de azúcar glas toda la superficie y servimos.
